FUE: Fomento al Upcycling empresarial
El desarrollo económico de Chile y América Latina está basado fuertemente en industrias que operan en territorios rurales y muchas veces con categorías de protección tanto a los grupos humanos como a la biodiversidad del territorio. La necesidad de mejorar el desempeño ambiental de estas industrias no solo es parte de la agenda internacional (Objetivos de Desarrollo Sostenible), sino que hoy es exigida directamente por las comunidades vecinas a dichas operaciones.
FUE propone priorizar la economía circular de estas industrias que operan en territorios remotos, dando una segunda vida al material plástico que utilizan para la fabricación de productos con un impacto social local positivo, convirtiendo a la industria acuícola y las comunidades aledañas en beneficiarios directos de esta implementación.
En una primera etapa, FUE tiene por objetivo diseñar, construir e implementar vermicomposteras en las comunidades rurales en las cuales opera la industria salmonera, construidas en un 100% con plástico reciclado de la misma industria.
Las zonas remotas de los países iberoamericanos cuentan con escasas e insuficientes soluciones para el reciclaje de plásticos, debiendo trasladar el material a miles de kilómetros, o incluso a otros continentes, con altos costos monetarios y de carbono.
Este es el caso de las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes en Chile donde habitan 1.098.399 personas y donde se ubica la industria acuícola chilena, que genera 142.473,7 toneladas de plásticos anualmente, cifra que puede estar subestimada debido a la alta tasa de equipamiento que es abandonado, perdido o descartado en el océano, también conocido como equipamiento fantasma o “Ghost Gear”, del cual se estima que proviene entre el 46 al 70% del microplástico de los océanos y que es un problema que afecta a todo América Latina y el Caribe.
FUE está diseñado para facilitar la transición de industrias que operan en territorios rurales hacia una economía circular, y el prototipo del primer producto FUE utiliza como materia prima el plástico utilizado en el cultivo del salmón chileno para generar un producto que genera un impacto social positivo a las comunidades rurales impactadas por la industria acuícola: una vermicompostera.
La población rural y los habitantes de las pequeñas ciudades dentro de Chile y América Latina son los grupos humanos que se ven afectados más directamente por las operaciones de las industrias extractivas, muchas veces altamente contaminantes. A su vez, son las comunidades con mayor dificultad para acceder a tecnologías que permitan el procesamiento y reciclaje del plástico utilizado localmente.
La región de Los Lagos permite prototipar el modelo FUE ya que un 26,4% de la población regional habita en sectores rurales, que además tienen alta presencia de actividades acuícolas por los centros de cultivo y procesamiento del salmón chileno. A su vez, las regiones remotas e insulares de Los Lagos, como la Isla de Chiloé, atraviesan hace años por una crisis social, sanitaria y ecológica debido a la falta de soluciones para la disposición o transformación de los residuos.
A partir del reciclaje del plástico utilizado por las industrias de cada territorio, FUE es un modelo para diseñar y fabricar productos que aumenten la autonomía de las comunidades y promuevan su buen vivir. En su prototipo, FUE transforma el plástico de las boyas acuícolas para construir vermicomposteras, que permiten disminuir entre un 40 y 50% el volumen de los residuos domiciliarios de los hogares.
La solución proporciona un servicio y a la vez un producto. El principal servicio es la implementación de un sistema de supra reciclaje del plástico de la industria salmonera con impacto social local positivo. El proyecto apunta a transformar la visión del reciclaje desde una perspectiva clásica en que los materiales reciclados son commodities a una en que los materiales reciclados pasan a ser nuevos productos que contribuyen al desarrollo local regenerativo. Se genera un doble impacto del servicio, por un lado el impacto positivo asociado al reciclaje del plástico y por otro lado el impacto socioambiental positivo de los productos que se generan a partir de este proceso, considerando como primer producto una vermicompostera para la recuperación de los residuos orgánicos domiciliarios.
La vermicompostera permite reducir en un 50% los residuos generados a nivel domiciliario, resolviendo un problema muy importante en las zonas rurales como es la recolección y disposición de residuos sólidos domiciliarios.
Los principales procesos y teconologías serían la recolección diferenciada de los plásticos, el traslado a una planta regional de reciclaje y su posterior chipeo y elaboración de pellet. Posteriormente los pellets de plástico reciclado son rotomoldeados para la elaboración de la vermicompostera.
- Permitir al sector público, especialmente a los municipios, poner a prueba e implementar sistemas nuevos e innovadores en sus sistemas de gestión de residuos
- Prototipo
Nos enfrentamos a 3 situaciones que ocurren en forma paralela:
- La industria de la acuicultura se emplaza casi totalmente en zonas rurales.
- 40% de la población rural no tiene acceso al servicio de aseo (retiro de basura).
- En el proceso productivo, la acuicultura produce gran cantidad de residuos cuya gestión le representan dos importantes dificultades: prácticas (grandes volúmenes) y tecnológicas (la industria del reciclaje es hoy incipiente en Chile). Muchas veces optan por acumular residuos en bodegas, pues trasladarlos es caro y poco eficiente. Esta acumulación se realiza en las zonas rurales donde se emplazan.
La solución pretende atacar estas dimensiones, por una parte usando los residuos plásticos de gran tamaño (para fabricar la vermicompostera), y por otra ayudando a mejorar la calidad de vida de la comunidad local, que reducirá en un 50% la basura domiciliaria (cerca del 50% de los residuos domiciliarios son orgánicos). Adicionalmente, la instalación de buenas prácticas en el manejo de residuos orgánicos aportará directamente a reducir los gases de efecto invernadero (3,600 kg de residuos orgánicos se transformarán en 1,000 kg de vermicompost, lo cual equivale a una reducción de 6,840 kg de CO2).
En consecuencia, nuestra innovación en suprareciclaje está en generar un producto a partir de un residuo que hoy no tiene un segundo uso, en otro que no sólo genera nuevas utilidades sino también un impacto directo en la reducción en la generación de residuos de la comunidad.
El proyecto FUE nace de la necesidad de resolver un problema grave de los procesos productivos de la salmonicultura: el exceso de residuos plásticos acumulados.
La solución que planteamos no sólo busca atacar el problema, sino entregar una herramienta que posibilite beneficios multidimensionales en su implementación.
La primera acción, la transformación de los residuos plásticos, permite resolver el problema práctico de retirarlos del lugar de depósito. Pero ¿por qué no pensar que este reciclaje se transforme en un supra reciclaje de manera de generar un impacto más profundo en la comunidad? De esta pregunta nace la idea de una vermicompostera, que generará efectos más complejos que la mera transformación del plástico en un commodity: reducirá los residuos sólidos producidos por la empresa pues parte de ellos serán vermicompostados, reducirá la basura domiciliaria, que en parte ahora será destinada al reciclaje orgánico, producirá un cambio en los hábitos de la comunidad que hoy no clasifica sus residuos, se reducirá la emisión de gases de efecto invernadero y mejorará el relacionamiento de la empresa con sus comunidades (por la disminución de residuos presentes en el ambiente). Para asegurar estos efectos, y el uso correcto y eficaz del objeto, la acción no se reduce a la entrega de las vermicomposteras, sino a implementar un programa de capacitación e implementación con un acompañamiento y monitoreo hasta asegurar el uso correcto y eficaz.
En consecuencia, nuestra propuesta busca generar un cambio directo profundo en la realidad de una comunidad específica, a partir de una acción de supra reciclaje simple.
- Residentes rurales
- Muy pobres
- Bajos ingresos
- Minorías/Poblaciones previamente excluidas
- Propietarios de empresas
- Otro
- Chile
- Chile
Actualmente, el proyecto se encuentra en proceso de prototipaje, por lo que no ha servido directamente a ninguna persona.
Esperamos que luego de terminado el diseño y fabricación de las vermicomposteras, además de terminado el diseño de la fase de implementación, podamos impactar en forma directa a al menos 40 familias, que corresponden a 120 personas aproximadamente, quienes serán las que recibirán la vermicompostera para su uso domiciliario. Habrá además un impacto indirecto en la población que habita el territorio en el que se implementa la solución, por reducción de residuos plásticos disponibles y orgánicos (las zonas rurales aledañas a los centros de producción tienen cerca de 1.500 habitantes)
En cinco años esperamos poder desarrollar nuevas soluciones al problema de la acumulación de residuos plásticos, alcanzando a nuevas comunidades. Nuestra meta es lograr implementar una idea FUE en 10 comunidades al cabo de 5 años, lo que se traduce en un estimado de 1200 personas
El impacto de la solución se puede medir desde las diferentes dimensiones.
Ambiental: Existen dos ámbitos principales de esta dimensión. El primero sería la reducción en la generación de plástico e incremento de reciclaje, con lo cual se reduce la contaminación por plástico. El segundo es la reducción de generación de basura producto del uso de la compostera. En este sentido, si se considera que la generación promedio es de 1 kg/habitante/día y el 50% de estos corresponde a residuos orgánicos, se tiene que el impacto sería de cerca de 180 kg/año/ beneficiario.
Social: las comunidades se verán beneficiadas no sólo con las vermicomposteras, si no que también con los talleres de capacitación. Además producirán compost que será utilizado como abono en sus huertos o invernaderos.
Económico: La recolección y disposición final de residuos es un proceso costoso. Disponer una tonelada en el relleno sanitario puede costarle a un privado $50 usd. Por lo anterior, para cuantificar el impacto económico se puede sumar el peso del plástico reciclado y de los residuos orgánicos que ya no irán al relleno sanitario, sino que serán vermicompostados y posteriormente multiplicar por $50 usd. A este valor habría que agregarle los costos ahorrados de traslado de residuos orgánicos, los cuales, por la distancia de los puntos de generación al relleno sanitario tienen un costo aproximado de $100 usd por tonelada.
Nos hemos propuesto invertir los próximos 12 meses a afinar el prototipo de FUE (vermicomposteras). Esto comprende 3 fases:
- Fabricación: Producción de las primeras 100 vermicomposteras (ya se encuentran en proceso)
- Implementación: Inmersión dentro de la realidad de la empresa y comunidad local. Esto comprende: evaluar la cantidad de residuos orgánicos que producen los centros; implementar un proceso de capacitación a los trabajadores que clasificarán y los demás que recibirán las vermicomposteras; implementación en terreno, con visitas a cada uno de los hogares para la instalación del aparato; seguimiento durante 6 meses hasta asegurar el correcto uso y compromiso de los usuarios.
Una vez afinado el prototipo, los 5 años siguientes estarán dedicados a masificar dentro de la empresa salmonera, la necesidad de implementar este producto de supra reciclaje mostrando el éxito del primer año de aplicación. Respecto del impacto transformador, esperamos que FUE produzca cambios notorios en las conductas tanto de las empresas como de las personas, en lo que identificamos 3 escalas de permeabilidad:
- Escala domiciliaria: cambio en las prácticas del tratamiento de residuos sólidos
- Escala de empresa: cambio en el relacionamiento de la empresa con la comunidad y cambio en sus prácticas y protocolos internos
- Escala global: La reducción de residuos plásticos acumulados como de orgánicos, permitirá una disminución de los gases de efecto invernadero
Financieras: Se requiere una inversión inicial con un nivel de riesgo relativamente alto para la búsqueda de soluciones de suprareciclaje que puedan satisfacer necesidades reales de las comunidades y que tengan un mercado (demanda) atractivo.
Técnicas: Existe poco conocimiento en la producción de productos a partir de plástico reciclado en cuanto a comportamiento, mezclas de polímeros, resistencia, capacidad estructural, etc.
Legales: El marco regulatorio y de políticas públicas es demasiado laxo actualmente, no existe la obligación de reciclar.
Culturales: Existe una percepción de que los productos de plástico reciclado son de menor calidad, por lo cual se debe trabajar para superar esta barrera.
De mercado: No existen incentivos y/o directivas para potenciar la adquisición de productos elaborados a partir de plástico reciclado y/o con criterios de sustentabilidad. Las unidades de adquisición de las grandes empresas y el sector público desconocen las alternativas más sustentables a los productos más comunes del mercado.
Financieras: Buscaremos apoyo en el sector público y privado para acceder a financiamiento que no ponga limitaciones asociadas al riesgo. Existen fondos dedicados a este tipo de iniciativas.
Técnicas: Invertiremos en Investigación y Desarrollo para generar conocimiento nuevo en materias de elaboración de productos resistentes y de calidad a partir de plásticos reciclados.
Legales: Nos asociaremos con otro tipo de iniciativas y organizaciones para empujar cambios a nivel regulatorio y legal que sean más favorables.
Culturales: Desarrollaremos actividades de extensión y difusión que permitan demostrar que el plástico reciclado no solo es igual en términos de calidad, sino que mejor desde una perspectiva social y ambiental.
De mercado: Al igual que para las barreras culturales desarrollaremos iniciativas de marketing y acercamiento de las bondades de los productos del supra reciclaje con los principales compradores tanto del sector público como privado
- Mi solución ya se está implementando en América Latina y el Caribe
No, por el momento buscamos consolidar nuestro proyecto en el sur de Chile
Buscamos dar una solución a los plásticos utilizados por la industria salmonera (ubicada sólo en las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes)
N/A
- Otros, por ejemplo, parte de una organización más grande (explique a continuación)
Nuestro equipo está formado por integrantes de dos empresas diferentes con fines de lucro: Nodo Chile e Indaga. Las consultoras NODO Chile e Indaga se han asociado en esta iniciativa, para en el corto plazo desarrollar un pilotaje, prospecciones comerciales y búsqueda de financiamiento público, desarrollo de una estrategia comunicacional, entre otras actividades
Nodo Chile es una consultora con foco en sostenibilidad, negocios con impacto y valor compartido y además es una empresa B certificada desde 2017. Indaga, por su parte, es una consultora en comunicaciones que busca potenciar organizaciones e iniciativas que buscan generar un impacto positivo en su entorno.
Ambos equipos han trabajado en forma colaborativa en el diseño y posterior desarrollo de FUE.
El equipo de Nodo Chile está compuesto por un ingeniero, dos abogados, una socióloga, una psicóloga y un ingeniero agrónomo. Todos con estudios de magíster y diplomados, en diversas materias como desarrollo social, relacionamiento comunitario, psicología social, ingeniería industrial y desarrollo sustentable.
En el caso de Indaga, el equipo está compuesto por una abogada, una publicista un sociólogo y una persona con estudios de cine
FUE cuenta con el siguiente equipo:
Una persona a tiempo completo: contamos con un profesional contratado a tiempo completo que comenzará a trabajar en Febrero de 2020
Equipos de Nodo e Indaga a tiempo parcial: hasta el momento el proyecto ha sido desarrollado por las personas que trabajan en las empresas de Nodo e Indaga, lo que entrega una mirada muy amplia entregada por profesionales de distintas áreas
Talleristas para realizar las capacitaciones en las comunidades
Equipo plásticos Puelche: empresa subcontratada para desarrollar el diseño y construcción de las matrices y los prototipos
Somos un equipo multidisciplinario, formado por dos empresas que tienen un propósito similar. Somos profesionales activos, personas preocupadas por el medio ambiente. que sueñan con generar soluciones al problema de la contaminación del planeta y aportar valor en el territorio.
En Nodo Chile, llevamos más de 4 años entregando herramientas en las empresas para que éstas sean más sostenibles, Además, trabajamos levantando información en el territorio y tenemos mucha experiencia en la co construcción de planes y proyectos comunitarios.
Trabajamos con empresas salmoneras y conocemos muy de cerca la problemática que existe con la contaminación que generan los plásticos utilizados por la industria, y además estamos involucrados en los municipios y entendemos los problemas que existen en esta región con la basura domiciliaria y su disposición
Indaga, por su parte, es una empresa que desarrolla estrategias y campañas comunicacionales con el objetivo de difundir contenidos asociados a la cultura, la sostenibilidad, el medio ambiente, la sociedad y la ciencia.
Con empresas privadas del sector acuícola: A través de una convenio de colaboración donde ellas dispondrán de desechos de plásticos para que puedan ser utilizados en la fabricación de las vermicomposteras. Además, el convenio supone la entrega de las vermicomposteras y la realización de los talleres a sus comunidades cercanas.
Empresas de reciclaje de plástico: Actualmente contamos con una alianza con la empresa Procesadora Plásticos Puelche, empresa líder con más de 20 años de experiencia en la recolección y transformación de desechos plásticos.
Municipios, con los cuales estamos levantando las principales necesidades en materia de disposición de desechos, de manera de priorizar, en conjunto con las empresas, los territorios más urgentes, según la vulnerabilidad y fragilidad de sus vertederos y rellenos sanitarios.
Nuestros principales clientes son las empresas productivas con impacto en los territorios que buscan generar impacto en las comunidades en donde operan a través de proyectos que generan valor. Estas empresas pagarán un costo fijo por cada unidad de vermicomposteras y además por los programas y talleres que implementaremos en el territorio
Nuestros principales beneficiarios serán todas las comunidades en donde el programa sea implementado. Los beneficios directos son la entrega de las vermicomposteras, las capacitaciones que van a recibir y la producción propia de compost que servirá de abono para sus cultivos. Además, la comunidad completa se verá beneficiada porque este proyecto implica una disminución de la cantidad de residuos que el municipio dispone en el vertedero o relleno sanitario lo que implica además, un ahorro para el municipio (tomando en cuenta que el 50% de los residuos domiciliarios corresponden a desechos orgánicos.)
El proyecto será financiado en su totalidad por las empresas productivas que comprarán nuestras vermicomposteras y financiarán los talleres con los cuales capacitaremos a las comunidades cercanas a sus procesos productivos.
Las empresas podrán descontar el costo de cada vermicompostera según la contribución que hagan de desechos de plásticos de sus procesos productivos. Además, a través de un modelo de negocios subsidiado, las empresa pagarán un adicional por cada vermicompostera para la realización de los talleres a las comunidades rurales.
Como se ha mencionado anteriormente las barreras que esperamos superar a través del desafío Rethink Plastics son de orden financieras, técnicas, legales, culturales y de mercado. Esperamos que el grupo BID nos pueda brindar la asesoría y acompañamiento para superar estas barreras ya que cuenta con una nutrida fuente de financiamiento y además con la experiencia técnica para contribuir a nuestro proyecto a través de asesorías de expertos en materias de regulación y modelos de negocios. Asimismo, la influencia, el conocimiento y el desarrollo de iniciativas similares por parte de BID pueden servir como primer paso para expandir el modelo hacia otros países de la región que comparten similares desafíos en materia ambiental y social.
- Modelo de financiación e ingresos
- Talento o miembros de la junta
- Monitoreo y evaluación.
- Medios y oportunidades para hablar
- Otro
N/A
Universidad Catolica de Chile, Departamento de Diseño industrial para el prototipo de nuevas iniciativas de Upcycling.
Ellen Macarthur Foundation, para conocer el desarrollo de otras iniciativas y modelos de Economía Circular.