Laboratorio de Reciclaje Comunitario
El crecimiento violento de plásticos ha invadido a San José de Minas, una parroquia rural de 14 mil habitantes ubicada a 80km de Quito, Ecuador. La mayoría de plásticos terminan en las quebradas y ríos o son quemados. Lamentablemente, tenemos un sistema de recolección de residuos precario (apenas el 48,03% de la basura llega los carros recolectores según el último censo), peor aún de reciclaje que es prácticamente nulo.
Para combatir este desafío proponemos un Laboratorio de Reciclaje Comunitario. Queremos recoger plásticos de todo tipo en toda la parroquia y transformarlos en nuevos productos utilizando la termofusión. Nuestro proyecto es dinámico, educativo e involucra a toda la comunidad.
Aspiramos ser un modelo comunitario replicable. Queremos inspirar a la acción sin esperar que el estado o una empresa solucione nuestros problemas. Tenemos que cambiar nuestra mentalidad y regresar a la economía circular de nuestros ancestros.
El plástico ha conquistado nuestro pueblo de una forma descontrolada sin una gestión de residuos adecuada. La mayoría de los barrios y comunas no tienen acceso al carro recolector de basura. Según el último censo, sólo el 48,03% de la basura se recoge. Esta basura se lleva al botadero y no se recicla. En Latinoamérica solamente el 6% de los plásticos se reciclan (fuente: BID). En nuestro caso, solo contamos con dos señoras en toda la parroquia que venden lo poco que logran recolectar para reciclaje. La basura que no llega al carro recolector se quema o se bota a las quebradas y ríos. Muchas personas utilizan plásticos para encender el fogón para cocinar, aspirando los gases tóxicos directamente.
El resultado: calles y quebradas inundadas de basura, fauna silvestre afectada, personas sufriendo con problemas pulmonares y cancerígenos, artesanos desempleados porque sus productos han sido reemplazados, jóvenes criándose con la costumbre de lo rápido y desechable.
Nuestra solución también aborda otra problemática en nuestra zona: la falta de oportunidades educativas para la juventud rural. En nuestro laboratorio los jóvenes exploran el mundo de la investigación, aprenden a diseñar un proyectos y crean un micro-emprendimiento innovador de productos hechos de "basura".
Nuestro proyecto es por esencia comunitario: la comunidad lo diseñó, lo ejecuta y se beneficia.
Directamente, trabajamos con 60 estudiantes de primero y segundo de bachillerato en el procesamiento de plásticos. Como parte de su Participación Estudiantil, los estudiantes toman un curso sobre el medioambiente y el manejo sustentable de la basura, con un componente práctico que es el motor de nuestro laboratorio. Adicionalmente, un grupo de estudiantes reciben un curso de diseño de proyectos en donde tienen que realizar un estudio de mercado y proponer un producto. De esta manera los jóvenes comprenden las problemáticas y participan activamente en su solución.
La educación es uno de nuestros principal enfoques. Aparte del trabajo directo con los estudiantes, vamos a lanzar una campaña de reciclaje a nivel de todos los colegios y escuelas en Minas. Además se va a realizar una capacitación en cada barrio y comuna sobre la contaminación y la forma adecuada de reciclaje cuando se les entregue cada contenedor.
Nuestro proyecto no se queda meramente en la palabra, si no que ofrece alternativas reales e inmediatas para los desechos. De esta manera se beneficia toda la parroquia con un ambiente más limpio y saludable.
Nuestra solución es un Laboratorio de Reciclaje Comunitario. En nuestro Municipio, la gestión de residuos es ejecutada por el sector público que usualmente es lento, burocrático y complicado. Sin embargo, los daños de tanta contaminación ya no pueden esperar. Por eso hemos coordinado con actores comunitarios para crear un sistema de reciclaje autónomo, ágil, e independiente.
Cabe mencionar que esta idea nació en un proceso inspirado en los laboratorios colaborativos interdisciplinarios de MIT. Siete jóvenes mineños participaron en un desafío para proponer una solución a un problema que les preocupa. Aprendiendo y aplicando conceptos de "Design-Thinking" propusieron esta idea.
El primer paso para el funcionamiento del laboratorio es diseñar un sistema de recolección. La empresa Contenur nos donó 35 contenedores que van a ser colocados en varios puntos estratégicos. Con la entrega de cada contenedor se realizará una capacitación sobre los impactos de la contaminación y se socializará el uso de los contenedores. Nosotros estamos recogiendo todo tipo de plásticos (PET, LDPE, HDPE, PP, y otros) no solamente las botellas PET que es lo que generalmente compran los recicladores. No queremos hacer competencia a ninguna empresa recicladora, si no recoger todo lo que no se recicla. Si nuestro emprendimiento algún día falla porque no hay suficiente materia prima, yo estaría contenta.
Las tres compañías locales de transporte han confirmado su colaboración en un plan operativo de recolección semanal. Los recorridos escolares se encargarán de la recolección en los barrios más lejanos. Minas es una parroquia muy amplia. Se demora varias horas para llegar de un extremo a otro. Las camionetas que realizan los recorridos escolares son las únicas que viajan a los lugares más extremos con frecuencia.
Los desechos plásticos se depositan en nuestro centro comunitario (FUCAE), donde los estudiantes participan en el lavado, clasificación, trituración y reconversión de plásticos utilizando la termofusión. Las máquinas son basadas en el proyecto de Precious Plastics (https://preciousplastic.com/) y fueron construidas por un ingeniero docente de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. La universidad también nos va apoyar con los diseños de moldes para los productos.
Todavía no hemos definido los productos, ya que vamos a tener una fase de prueba y error hasta crear el producto ideal. 80% de las ganancias van a ir directamente a los estudiantes que diseñen y creen el producto como motivación. Se puede crear baldosas, canastas, protectores de celular, joyería, postes, bloques etc. Nuestra creatividad es nuestro único limite.
- Reducir los residuos y plásticos de un solo uso a través de la promoción del cambio de comportamiento del consumidor e incentivando la reutilización y el reciclaje
- Permitir al sector público, especialmente a los municipios, poner a prueba e implementar sistemas nuevos e innovadores en sus sistemas de gestión de residuos
- Prototipo
En San José de Minas nunca se ha hecho un proyecto de reciclaje. El concepto de un material que no se reutilice no cabe dentro de la cosmovisión andina. Sin embargo, el plástico no se descompone y se va acumulando y contaminando. Nosotros buscamos devolver la utilidad al plástico creando nuevos productos y cerrando nuevamente el ciclo.
Hasta ahora las propuestas para repensar el plástico que he visto en nuestro contexto ha sido para dar una nueva utilidad a los productos ya hechos. Por ejemplo, hacer macetas de botellas PET. Sin embargo, estos proyectos están limitados a la forma del producto y no cuestionan el funcionamiento del plástico. Estos productos suelen convertirse en basura nuevamente. Nuestro proyecto es innovador porque deconstruye el plástico, metafóricamente y prácticamente. Adicionalmente, todas las máquinas que utilizamos son hechas de piezas recicladas, muchas de ellas recogidas en botaderos. Nuestro laboratorio cuestiona el concepto de la basura desechable y la convierte en materia prima valiosa.
Nuestro modelo de negocio gestionado por la comunidad es una característica que también nos destaca. Cuando la comunidad es parte del proyecto de inicio a fin, se genera un sentimiento de pertenencia y responsabilidad que hace que el proyecto sea más efectivo al largo plazo.
- Reducción de Contaminación: Al recolectar y reconvertir plásticos menos desechos terminarán en los ríos y quebradas lo cual genera un ambiente más sano y seguro, tanto para los humanos como para la fauna silvestre. Se medirá pesando la cantidad de plástico reconvertido.
- Salud pública e higiene: Con los talleres comunitarios y las campañas educativas sobre el reciclaje y los efectos del mal desecho de plásticos, esperamos una reducción en la quema de plástico, que a su vez reduce la emisión de gases tóxicos y de efecto invernadero. Se realizarán encuestas para medir el cambio de comportamiento en la comunidad.
- Ciclo de vida cerrado de productos "cradle-to-cradle": Al crear un producto en nuestro laboratorio estamos cerrando el ciclo de vida de los plásticos y disminuyendo la demanda de plásticos vírgenes. Así nosotros reducimos los impactos ambientales asociados con su creación, transporte y fin de vida.
- Educación y conciencia ambiental: A través de la Participación Estudiantil y los distintos talleres con niños, niñas y jóvenes, nuestro proyecto busca empoderar a la juventud rural con una educación ambiental activa, proporcionando aplicaciones reales fuera del salón, y enseñando herramientas de diseño de proyectos y emprendimientos.
- Empoderamiento comunitario: Al crear una red de actores responsables de distintos aspectos del proyecto, creamos un sentido de pertenencia lo cual genera más responsabilidad y empoderamiento.
- Incentivo económico: Con la venta de productos, los jóvenes tienen una oportunidad de generar ingresos.
- Niños y adolescentes
- Residentes rurales
- Muy pobres
- Bajos ingresos
- Minorías/Poblaciones previamente excluidas
- Ecuador
- Ecuador
Actualmente trabajamos directamente con:
- 60 estudiantes del Colegio Municipal Alfredo Pérez Guerrero como parte de su Participación Estudiantil
- 7 estudiantes del Colegio Fiscal San José de Minas como parte del Laboratorio de Ideas.
- 66 unidades de transporte
- 25 barrios y comunas
Hemos llegado a un acuerdo con el Colegio y las Compañías de Transporte para mantener este convenio en los años que vienen.
El próximo año queremos lanzar nuestra campaña de reciclaje #MinasLibredePlástico y trabajar con todos los estudiantes de las 2 escuelas (300) y los 2 colegios (700).
Indirectamente, toda la comunidad es beneficiada. Minas tiene una población de 14.000 habitantes. Particularmente nuestro proyecto beneficiaría a los barrios y comunas más lejanas que no tienen acceso a ningún servicio de gestión de desechos.
Nuestra meta en cinco años es que se llegue a un sistema efectivo y eficiente digno de replicar en otras parroquias.
Para medir nuestro impacto ambiental vamos a pesar el plástico triturado en una balanza y llevar una estricta contabilidad. Con los plásticos que rellenamos en botellas, vamos a contabilizar el número de botellas llenas. De esa manera podremos saber cuanto plástico hemos logrado reconvertir. En este punto de nuestro proyecto estamos recién iniciando las pruebas de trituración por lo cuál no tenemos resultados todavía.
Nuestro impacto económico se va a realizar llevando un registro de ventas, ya que nuestra meta final es la venta de productos.
El impacto social se desenvuelve principalmente en el ámbito educativo. Llevamos una contabilidad de personas capacitadas y las reuniones e intervenciones que hemos participado. Esto a su vez tiene un impacto en la salud de las personas promocionando buenas prácticas para prevenir la quema de plásticos. Se va a realizar una encuesta aleatoria al iniciar las primeras capacitaciones y después de 6 meses para identificar si han habido cambios de actitud y prácticas. El convenio con el colegio garantiza por lo menos 50 estudiantes capacitados 4 horas semanales por todo el año lectivo. Este convenio ya se inició en noviembre del 2019. Adicionalmente, un grupo de 7 estudiantes iniciaron los talleres desde enero del 2019.
Nuestro proyecto está en su fase piloto entonces este año marcará la base para crecer. Ya tenemos construido el laboratorio y las máquinas, definidos las colaboraciones y convenios, y coordinado con los líderes barriales para las capacitaciones. Este año esperamos ya ejecutar y solidificar todo el proceso. Nuestra meta es crear 3 nuevos productos, realizar por lo menos 30 talleres, y lanzar dos campañas de reciclaje (una específicamente dirigida a niños y niñas de las escuelas, y otra dirigida al público en general).
Dentro de cinco años esperamos ser un modelo de reciclaje comunitario para ser replicado. En el Ecuador solo hay un lugar que se está haciendo algo parecido y está ubicado en la ciudad en un contexto totalmente diferente. En cinco años esperamos que se pueda replicar el proyecto por lo menos en un pueblo adicional. Ofreceremos nuestra experiencia como guía y todo el apoyo necesario.
De esta manera podemos llegar a más gente, a más jóvenes, y reciclar más plástico sin perder el aspecto local y comunitario.
Tenemos tres principales barreras. La primera es la barrera técnica. Somos nuevos utilizando estas máquinas y no son totalmente fáciles de usar. Se necesita utilizar maquinaria para soldar, fundir, o amolar para formar los moldes. Vamos a necesitar muchas pruebas y errores hasta definir la receta exacta para el producto deseado.
La segunda barrera importante es la barrera cultural. Las personas no están acostumbradas a separar sus desechos y reciclar. Estoy segura que van a poner todo tipo de desechos en los contenedores. Incluso si separan los plásticos la mayoría de personas no los limpia, lo cual es muy desagradable para los estudiantes que están procesando los plásticos.
La tercera barrera que nos gustaría destacar es la económica. Con un fondo de la Fundación Wilhelm Oberle logramos impulsar el proyecto y montar el laboratorio y las maquinas. La empresa colombiana Contenur nos donó los contenedores. Sin embargo, tenemos muchas limitaciones para poder explorar y expandir. No tenemos muchos fondos para los diferentes moldes, las campañas educativas, daños a las máquinas, profesionales técnicos, etc. Adicionalmente, sería ideal tener un Project Manager que ayude con el marketing y la estrategia de negocios de los productos. Con un apoyo económico podremos ejecutar el proyecto de una manera más eficiente y efectiva.
La barrera tecnológica esperamos superar con mucha asesoría y acompañamiento de personas que si tienen esta experiencia. Ya hemos tenido acercamiento con la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). Uno de los docentes, Andrés Basantes, fue el que construyó las máquinas y ofreció capacitaciones de su uso. El se ha comprometido a darnos un acompañamiento y estamos en el proceso de solicitar que los estudiantes universitarios realicen su vinculación comunitaria en nuestro centro. Adicionalmente, tenemos un maestro local que nos está acompañando y apoyando.
Las capacitaciones, talleres, y campañas apuntan a superar nuestra barrera cultural. Nuestro proyecto se enfoca en los niños, niñas y jóvenes que son los que más tienen apertura a cambiar hábitos y son los futuros líderes. Si es que tenemos muchos problemas, el teniente político y el Presidente del Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) están dispuestos a aplicar ciertas reglas u ordenanzas.
Para enfrentar nuestra barrera económica debemos participar en fondos concursables como este para que conozcan nuestro trabajo y evidenciando los beneficios del proyecto nos apoyen. Sin embargo, hasta entonces las alianzas comunitarias son claves y han sido lo que nos han sostenido.
- Mi solución ya se está implementando en América Latina y el Caribe
El Laboratorio de Reciclaje Comunitario en el Centro de Capacitación de FUCAE actualmente se está implementando en San José de Minas, Ecuador como descrito anteriormente.
- Sin fines de lucro
En nuestra organización somos tres personas que trabajamos tiempo completo. Sin embargo, tenemos otros proyectos (principalmente la reforestación de árboles nativos) y solo dos personas van a trabajar en este proyecto.
Dos docentes del Colegio participan en la Participación Estudiantil y apoyan con los trabajos y deberes de los estudiantes.
Adicionalmente, hay otras personas que trabajan voluntariamente. El comunicador social del gobierno parroquial va a apoyar en la campaña de reciclaje. Tampoco podemos olvidar las 66 unidades de transporte que ayudarán en la recolección de los desechos.
Aunque en esta solución vamos trabajando solamente un año desde la primera semilla de la idea, nuestra organización (FUCAE) lleva 20 años trabajando con la comunidad. Hemos liderado proyectos de bancos comunitarios, micro-emprendimientos, agua entubada, entre muchos otros. Nuestro proyecto más destacado es nuestro programa de reforestación de árboles nativos. Hemos mantenido un convenio con el colegio por 20 años con el cual logramos plantar más de 280.000 árboles. Ganar confianza y una buena reputación en la comunidad es lo más complicado y toma tiempo. Nosotros conocemos a los diferentes actores de nuestra zona, entendemos como trabajar con el colegio y con los estudiantes. Las mejores soluciones se forman de abajo hacia arriba. Si es al revés, estas no se asimilan y se estancan en la teoría.
Adicionalmente, yo estudié en la Universidad de California, Berkeley y mi experiencia se centra en la gestión de proyectos sociales. Mi experiencia académica y red mundial, combinado con la experiencia en campo nos hace el grupo mejor preparados para ofrecer una solución al desafío planteado.
La Fundación Wilhelm Oberle nos apoyó con 5,000 USD para la construcción de nuestro laboratorio y las máquinas.
El Colegio Municipal Alfredo Pérez Guerrero también es nuestro aliado. Sus estudiantes de primero y segundo de bachillerato realizan su Participación Estudiantil con nosotros.
Las compañías de camionetas de Vircar S.A., Transmineños S.A., y Comtransjosé S.A. nos apoyan con el transporte.
La empresa Contenur nos aporta contenedores para los puntos estratégicos y cada barrio o comuna.
El Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) nos aporta con su comunicador social y nos ayuda en la difusión y convocatoria.
El docente ingeniero Andrés Basantes de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) nos apoya con la guía de uso de las máquinas y apoyo técnico.
Beneficiarios --> Servicio proporcionado --> Impacto
- Estudiantes de primero y segundo de bachillerato del Colegio Municipal Alfredo Pérez Guerrero --> 4 horas de talleres en dónde desarrollan conocimientos sobre el medioambiente, gestión de desechos, propiedades del plástico, y reciclaje. Además, participan en el lavado, clasificación, trituración y reconversión de los desechos plásticos --> Desarrollo de habilidades y conocimientos de manejo sostenible de basura, empoderamiento, trabajo en equipo, aplicación real del aprendizaje en el salón.
- Estudiantes del Colegio Municipal Alfredo Pérez Guerrero (200), el Colegio Fiscal San José de Minas (500), la Escuela Cumaná (200) y la Escuela Alejandro Larrea (100) --> Talleres y campañas educativas semestrales sobre el medioambiente y reciclaje --> Generación de conciencia ambiental, empoderamiento.
- 10 estudiantes del Laboratorio de Ideas --> Talleres 3 horas semanales sobre diseño y ejecución de proyectos sociales (estos estudiantes van a diseñar y vender los productos del laboratorio) --> Desarrollo de habilidades y conocimientos teóricos y prácticos sobre diseño de proyectos y emprendimientos, desarrollo de habilidades mecánicas, metalúrgicas, eléctricas y de construcción, empoderamiento, ingresos monetarios.
- 25 barrios y comunas --> Talleres sobre los efectos de la contaminación y la quema del plástico, entrega de contenedores para el reciclaje --> Generación de conciencia ambiental, información para incentivar la descontinuación de prácticas dañinas para la salud, mejoramiento estético de sus comunidades.
- La parroquia de San José de Minas --> Recolección semanal de desechos plásticos --> Ambiente más sano y saludable, reducción de contaminación, mejoramiento estético.
Nosotros hemos dividido nuestros gastos en dos categorías principales. Por un lado tenemos los gastos del laboratorio y la elaboración de productos para la venta. Esto incluye materia prima, electricidad, apoyo de profesionales, depreciación de las máquinas, empaquetado de productos, transporte para puntos de venta, etc. Estos costos deben ser cubiertos por la venta de los productos si queremos ser un emprendimiento sostenible. Para eso debemos invertir en un buen concepto y diseño, propaganda, reuniones con inversionistas, etc.
Adicionalmente, tenemos costos de la organización en general. Estos incluyen los sueldos del personal que trabaja tiempo completo en la organización, servicios básicos, material administrativo, etc. Además los costos de las campañas educativas son algo que compete más a la FUCAE que al emprendimiento por su valor social más que económico. Para financiar la FUCAE tenemos alianzas publico-privadas que nos aportan con fondos. Adicionalmente, vendemos plantas de nuestro vivero y ofrecemos servicios de jardinería para cubrir costos.
Ganar este premio nos permitiría soñar en grande, profesionalizar nuestro emprendimiento, y replicarlo en otros lugares. La barrera económica es la barrera más difícil de superar. Hasta ahora, hemos logrado montar un laboratorio y construir cuatro máquinas con mínimos recursos y conocimiento técnico. Cuando no hay recursos hemos buscando trueques, voluntarios o alianzas estratégicas para realizar lo que queremos. Esto demuestra nuestra creatividad, perseverancia, y compromiso a nuestro sueño. Deseamos más que nada ser un modelo exitoso de gestión comunitaria que se pueda replicar en otros contextos en Ecuador y toda Latinoamérica y el Caribe. No se necesita grandes infraestructuras, procesos centralizados burocráticos y lentos, y presupuestos exorbitantes. Con pequeños presupuestos se puede transformar la gestión comunitaria de residuos y que la comunidad misma se beneficie directamente de su reciclaje.
Con el apoyo del Grupo BID podríamos realizar un estudio de mercado para tener una producción más dirigida y efectiva, crear productos más complejos con moldes más detallados, y expandir nuestro horizonte de ventas para apuntar a un modelo de autosustentabilidad. Con el Grupo BID podríamos formar parte de una red internacional, inspirarnos de las ideas y experiencias de profesionales en toda Latinoamérica y el Caribe. Además, esto generaría un foco de atención a nuestra parroquia que no ha recibido mucha atención de organizaciones multinacionales.
- Modelo de negocio
- Tecnología
- Modelo de financiación e ingresos
- Medios y oportunidades para hablar
El problema de los plásticos está resonando a nivel mundial y se ha convertido en una prioridad. Queremos aliarnos con organizaciones que se estén enfocando en medio ambiente y gestión de desechos plásticos y podamos complementarnos. Nuestra fortaleza es hacia adentro, nuestra coordinación comunitaria. Nos gustaría aliarnos con organizaciones que nos impulsen hacia afuera, expandiendo nuestra idea para poder replicar el modelo.
Adicionalmente, nos gustaría volver a firmar un convenio con la Fundación Wilhelm Oberle. Nuestra responsabilidad y transparencia nos dio una buena reputación. Hemos trabajado muy bien juntos y esperamos seguir cooperando.
El Municipio de Quito también ha sido un gran aliado de nuestra organización en temas de reforestación y esperamos que con tantos años de trabajo conjunto quieran también apoyar este proyecto. Ahora existe una división de Buenas Prácticas Ambientales con un enfoque de gestión de residuos.
También esperamos poder aliarnos con las instituciones universitarias. Ya hemos tenido un acercamiento importante con la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) con la construcción del laboratorio. Esperamos concretar una participación más continua. También tenemos buenas relaciones con la Universidad de las Américas (UDLA) y la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) y esperamos poder también aliarnos en este proyecto comunitario.